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COVID-19

Cómo salvaguardar los sistemas alimentarios durante y después de la pandemia COVID-19

 

Dominique Charron

Vice-President, Programs and Partnerships, IDRC
Headshot of Sandra Gagnon

Sandra Gagnon

Senior Program Officer, IDRC

Respuestas informadas. Recuperación para todos.

En abril de 2020, manifestantes de Ciudad Bolívar, el asentamiento informal más grande de Bogotá, Colombia, gritaban: “Si el virus no nos mata, el hambre lo hará.” El mismo sentimiento se refleja en la investigación realizada por nuestros socios entre las poblaciones más desfavorecidas del mundo. 

Durante el último año y medio, las restricciones y bloqueos relacionados con la pandemia COVID-19 interrumpieron los sistemas alimentarios en muchas partes del mundo, reduciendo la producción y el acceso a los alimentos, y pusieron en peligro los ingresos familiares básicos necesarios para comprar alimentos. Varios socios de investigación del IDRC documentaron aumentos marcados en el número de personas afectadas por la inseguridad alimentaria: por ejemplo, un aumento del doble en Costa de Marfil y un aumento del triple en Ghana. 

Los sistemas alimentarios son redes complejas de personas y prácticas involucradas en la producción, distribución y consumo de alimentos. Dependen y afectan a casi todos los aspectos de la vida: la salud humana, la salud de las plantas y los animales, las economías, los ecosistemas y el clima. La pandemia de COVID-19 y las medidas tomadas para controlar el virus han revelado cuán interdependientes y frágiles son los sistemas alimentarios en los países de ingresos bajos y medianos, y el importante papel que desempeñan las mujeres en el desarrollo de la resiliencia. 

Varias de las iniciativas de investigación del IDRC de respuesta rápida están ayudando a documentar los efectos de la pandemia en los sistemas alimentarios y la seguridad alimentaria, especialmente entre los trabajadores marginados de la economía informal. Los equipos de investigación han generado recomendaciones sobre políticas y medidas prácticas que pueden fortalecer la producción de alimentos, los medios de vida y las redes de seguridad social para garantizar una mayor seguridad alimentaria y sistemas alimentarios sostenibles en tiempos de crisis. 

Interrupción de la producción y distribución de alimentos 

La investigación en África subsahariana encontró que los cierres por el COVID-19 y las restricciones de viaje dieron como resultado un desorden generalizado en la producción, distribución y consumo de alimentos frescos. En Ghana, por ejemplo, el 54% de los pequeños agricultores consultados le dijeron a nuestro socio, SOCODEVI, que el acceso deficiente a las semillas había reducido su producción de alimentos. En Senegal, el 92% reportó el mismo problema. 

El transporte, el procesamiento, la venta al por menor y el comercio de alimentos también se vieron muy afectados en muchos lugares, particularmente en el sector informal, que está dominado por mujeres y jóvenes. Una encuesta realizada por la Organización Nacional de Investigación Agrícola reveló que muchas mujeres kenianas compensaron la pérdida de puestos de trabajo entre los miembros del hogar vendiendo maíz tostado, frutas o verduras en la calle. Pero las medidas contra el COVID-19 y la falta de recursos para invertir en existencias significaron que estos negocios a menudo duraban poco. En Sudáfrica, los comerciantes informales fueron cerrados inicialmente porque no se los consideraba “proveedores de bienes esenciales”. Se les permitió reabrir si obtenían un permiso, pero la investigación de PRICELESS South Africa documentó obstáculos para hacerlo que lo hacían difícil o imposible para muchos.  

En general, en África subsahariana, el aumento de los precios de los alimentos y la reducción de los ingresos obligaron a muchos hogares a reducir la cantidad y la calidad de los alimentos que consumieron. En Senegal, por ejemplo, hasta el 93% de los hogares consultados informaron de una reducción drástica en el consumo de carne, habiendo reemplazado las proteínas por almidón de cereales. Es importante destacar que estas dificultades ocurrieron en la región del mundo con mayor inseguridad alimentaria antes de la pandemia. Los socios de investigación en otras regiones han observado tendencias similares. 

Protegiendo a los sistemas alimentarios y los medios de vida 

Los expertos en un Diálogo de la Cumbre de Sistemas Alimentarios Independientes copatrocinado por el IDRC en julio de 2021 hicieron un llamado a mejorar la resiliencia de los sistemas alimentarios a nivel local para proteger la seguridad alimentaria y de los medios de vida de las personas más afectadas por el COVID-19: mujeres, jóvenes, personas con discapacidades, personas desplazadas y trabajadores informales. Los participantes del diálogo también destacaron la importancia de fortalecer la capacidad de coordinar las respuestas globales con las crisis locales.  

Sus recomendaciones ofrecen enfoques y soluciones para ayudar a mantener los sistemas alimentarios seguros y resilientes cuando estos se enfrentan a emergencias globales. Instan a los gobiernos a garantizar el acceso a las granjas, la pesca y los mercados para los pequeños agricultores y vendedores, con las medidas adecuadas de salud y seguridad, y a proporcionar a este sector apoyo financiero para capear el impacto de las crisis. Mantener y subvencionar el acceso a suministros agrícolas tales como pasto, semillas y fertilizantes puede proteger contra la disminución de los niveles de producción. 

La provisión de instalaciones adecuadas para el almacenamiento de alimentos y la igualdad de acceso a los permisos de trabajo y a las licencias comerciales, o la exención de ellos, podrían ayudar a abordar las interrupciones en las cadenas informales de producción y distribución de alimentos. 

Asegurar el buen funcionamiento del sistema alimentario es una prioridad para la investigación apoyada por el IDRC en Pakistán, dirigida por el Instituto de Políticas de Desarrollo Sostenible. El equipo de investigación ha producido una herramienta para ayudar directamente a la gestión en tiempo real de los sistemas alimentarios, incluyendo la oferta, la escasez y la inflación de precios. El “Food Security Dashboard” o Tablero de seguridad alimentaria es una base de datos que ofrece a los responsables de la formulación de políticas vistas diarias a nivel nacional, provincial y de distrito, lo que les permite corregir actividades tales como el acaparamiento antes de que provoquen crisis alimentarias. El tablero ha sido adoptado por el Ministerio de Investigación y Seguridad Alimentaria Nacional como parte del proceso de planificación y respuesta al COVID-19 del país. 

Mejorando el apoyo social para los más vulnerables 

RIMISP, el Centro Latinoamericano de Desarrollo Rural, ha documentado caídas en el consumo de productos frescos, carne y pescado, y cambios a alimentos más baratos y altamente procesados en toda América Latina, todo debido a las medidas implementada a causa de la pandemia.  

Este equipo de investigación descubrió que los programas y beneficios sociales pueden generar resiliencia frente a desafíos a gran escala, como las pandemias, pero que medidas únicas para todos pueden dejar a muchos, especialmente a las poblaciones más pobres y vulnerables, ignorados por la red de seguridad. Destaca la necesidad de mejorar la focalización, la capacidad de respuesta, la inclusión y el alcance de las medidas de ayuda para llegar a los trabajadores del sector informal, no solo a los trabajadores con empleo formal.  

También es importante fortalecer las soluciones locales dirigidas por la comunidad. Por ejemplo,numerosos comedores comunitarios dirigidos por mujeres, conocidos como “ollas comunes”, han surgido en Perú y países vecinos para ayudar a alimentar a muchas personas que necesitan apoyo. Trabajando con los legisladores peruanos, el Grupo para el Análisis del Desarrollo está ayudando a que estos comedores comunitarios sean más sostenibles y efectivos. Por ejemplo, ayudó a diseñar el programa nacional Hambre Cero que canaliza el suministro de alimentos a estos comedores comunitarios y ofrece capacitación en gestión y nutrición a las mujeres que los operan.  

Los sistemas alimentarios y la salud de nuestro planeta 

Desde varios continentes, esta investigación ha identificado interrupciones en nuestros sistemas alimentarios interconectados y respuestas efectivas para llegar a las personas con mayor inseguridad alimentaria. No solo necesitamos que los sistemas alimentarios sean resilientes y equitativos en tiempos de crisis, sino que también deben volverse más sostenibles y saludables. Para el IDRC, el apoyo a la investigación para sistemas alimentarios saludables y resilientes al clima es un área de enfoque prioritaria. 

Nuestros esfuerzos también abordan las interacciones insostenibles entre las personas, el ganado y el medio ambiente, que pueden introducir riesgos para la salud en los sistemas alimentarios. Esta investigación, conocida como “One Health” o Una sola salud, examina la salud humana y animal, así como los impulsores ambientales, sociales y económicos de la salud, para mejorar la productividad agrícola, la sostenibilidad y los medios de vida y reducir las amenazas zoonóticas y pandémicas.  

Los sistemas alimentarios son una parte integral de la salud humana y planetaria, y debemos entender cómo salvaguardarlos en beneficio de todos.  

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