Empoderando a las trabajadoras del hogar en Perú
En Perú, las mujeres contratadas para prestar servicios domésticos lo hacen, en gran medida, sin contrato, lo que resulta en una falta de protección laboral. No existen normas ocupacionales que garanticen su seguridad y protección en el trabajo. Entre el 2019 y el 2021, el número de trabajadoras del hogar sin contrato en Perú aumentó del 89% al 93% a nivel nacional.
Un proyecto llamado Abordando los desafíos y limitaciones de las políticas de protección social para las trabajadoras del hogar peruanas, o ANITA, examinó las condiciones laborales y el acceso a la atención médica de las trabajadoras del hogar en tres zonas del Perú: Lima, La Libertad y Piura. Los investigadores encuestaron a 456 trabajadoras domésticas, entrevistaron a 55 partes interesadas y mantuvieron dos diálogos deliberativos con trabajadoras domésticas, funcionarios gubernamentales y asociaciones de trabajadoras domésticas. Los resultados aportaron información importante, generaron recomendaciones y diseñaron vías eficaces para mejorar las políticas de protección social para las trabajadoras domésticas.
El proyecto fue financiado bajo la iniciativa Mujeres RISE con el apoyo del IDRC, los Institutos Canadienses de Investigación en Salud y el Consejo de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades.
Los hallazgos revelaron condiciones laborales precarias para las mujeres
El equipo del proyecto, liderado por el Cronicas Center of Excellence in Chronic Diseases y sus socios, caracterizó y comparó las condiciones de salud y laborales de las trabajadoras domésticas antes y durante la pandemia de COVID-19. Los hallazgos revelaron que, durante y después de la pandemia, el trabajo doméstico se volvió más precario, con escasas políticas de protección social, tales como contratos de trabajo, seguro médico a cargo del empleador y pensiones de jubilación.
La investigación mostró que la pandemia de COVID-19 afectó de manera desproporcionada a las trabajadoras del hogar en comparación con otras mujeres que trabajan en el sector servicios. Además, grupos como las mujeres mayores y las afroperuanas dentro del sector del trabajo doméstico se vieron más afectadas por la pandemia y sus restricciones.
Una líder de trabajo doméstico que participó en los diálogos informó que muchas compañeras aceptan ser maltratadas o recibir salarios inferiores al salario mínimo porque no tienen muchas opciones. Necesitan ganarse la vida.
"Las trabajadoras aceptan este trato por necesidad […] El trabajo no solo es difícil aquí, sino que hay que aceptar lo que hay". "Hay un salario y con eso están satisfechas", afirmó.