Pasar al contenido principal

Más allá del ingreso nacional para medir la riqueza de un país

 

Durante mucho tiempo, los cambios en el producto interno bruto (PIB) han sido el estándar para decidir el desempeño de un país. Pero el PIB solo captura el valor monetario de los bienes y servicios que fluyen en las economías nacionales. No dice nada sobre el estado de los activos de un país, que es igualmente importante para trazar el camino de una nación hacia el bienestar y la sostenibilidad. Por ejemplo, el PIB mide los ingresos generados a partir de los recursos naturales, sin tener en cuenta los cambios en la riqueza de un país en tierras, bosques y biodiversidad.

El uso de indicadores alternativos para medir la riqueza puede mostrar un desequilibrio en las prioridades de inversión que frenan a los países. En Etiopía, por ejemplo, los investigadores descubrieron que la agricultura generó el 40% del PIB en el 2022, mientras que la industria manufacturera representó el 4%. Sin embargo, solo el 8% de la inversión en infraestructura, tal como carreteras, ferrocarriles y maquinaria, se dedicó a la agricultura. Los hallazgos apuntan a una oportunidad perdida para fortalecer un sector que es fundamental para generar la riqueza del país.

“Los agricultores todavía utilizan principalmente bueyes, lo que tiene consecuencias para la degradación de la tierra y la productividad. El país necesita más inversiones en agricultura, especialmente en tecnologías modernas”, dijo Mesfin Tilahun Gelaye, profesor asociado de la Universidad Mekelle de Etiopía.

Gelaye es uno de los varios líderes de país en la investigación apoyada por el IDRC, desarrollada en asociación con el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD) y tres universidades en Etiopía, Indonesia y Trinidad y Tobago. El estudio explora las ventajas y los desafíos de aplicar una medición integral de la riqueza.

“Muchos países tienen un deseo real de ir más allá del PIB”, dijo Bhim Adhikari, economista ambiental y especialista sénior de programas del IDRC. “Apoyamos el estudio del IISD porque se trata de un área crítica en la que los países carecen de datos y de las habilidades y la experiencia necesarias”. 

Hechos destacados de la investigación

Medir más allá del producto interno bruto proporciona una imagen más clara de la riqueza para orientar la toma de decisiones hacia el bienestar y la sostenibilidad. Por ejemplo, 

  • En Etiopía, descubrió oportunidades perdidas en el sector agrícola. 
  • En Indonesia, sugirió que el crecimiento de la riqueza no se estaba traduciendo en ingresos para la población. 
  • En Trinidad y Tobago, puso al descubierto una dependencia excesiva de la producción de combustibles fósiles que se están agotando. 

Los orígenes y las limitaciones del PIB

La comunidad internacional adoptó el PIB como la principal forma de medir el progreso económico de un país en la conferencia de Bretton Woods de 1944. El PIB puede proporcionar una medida agregada de los ingresos de una economía durante un período determinado. Sin embargo, pasa por alto los cambios en los activos vitales que pueden ayudar a medir los costos ambientales del crecimiento económico, los impactos del cambio climático y las brechas entre ricos y pobres y los niveles de inversión en el potencial humano.

Un nuevo enfoque para medir la riqueza integral se centra en cinco activos:  

  • capital producido (activos manufacturados tales como casas e infraestructura de transporte);  
  • capital natural (tanto el valor de mercado de los recursos naturales como su valor no comercial como ecosistemas y biodiversidad);  
  • capital humano (el conocimiento colectivo y las habilidades de la fuerza laboral);  
  • capital financiero (activos como acciones, bonos y depósitos bancarios); y  
  • capital social (normas y comportamientos que sustentan a la sociedad, incluyendo la inclusión y la confianza).

El movimiento “más allá del PIB”, que surgió en la década de 1990, ha sido impulsado recientemente por el Banco Mundial, las Naciones Unidas y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. En el 2016, basándose en tales metodologías, el IISD midió la riqueza integral de Canadá, uno de los primeros estudios de este tipo que se centró en un solo país. Se encontró un crecimiento relativamente lento de la riqueza integral y un crecimiento mucho más rápido del consumo en Canadá, lo que generó inquietudes sobre la sostenibilidad a largo plazo.

“Con el estudio financiado por el IDRC, aplicamos el mismo enfoque a países sin una gran capacidad en materia de estadísticas, durante los 25 años transcurridos entre 1995 y 2020”, dijo Livia Bizikova, líder de Monitoreo y Gobernanza del programa "Tracking Progress" del IISD. “Trabajamos con universidades de los tres países en el control de calidad, mientras recopilaban los datos y los evaluaban”.

La medición integral de la riqueza expone las disyuntivas ocultas por el PIB

El estudio de los tres países ha generado hallazgos interesantes y, a menudo, sorprendentes. Por ejemplo, las tasas de crecimiento del PIB en Trinidad y Tobago contradecían una realidad que las mediciones integrales de la riqueza habrían puesto de manifiesto: el crecimiento se ha debido a una dependencia excesiva de la producción de combustibles fósiles cada vez más escasos, lo que sugiere que el país está en una senda insostenible.

El equipo de investigación en Indonesia descubrió que el crecimiento anual promedio del PIB del 2,8% entre 1995 y 2020 es mucho menor que el crecimiento promedio del 4,3% de la riqueza integral durante el mismo período. La discrepancia entre los dos resultados indica la incapacidad de Indonesia para traducir su riqueza en crecimiento del PIB.

“Esos ingresos adicionales habrían sido suficientes para llevar a Indonesia a la categoría de países de ingresos medios altos del Banco Mundial mucho antes”, dijo Alin Halimatussadiah, líder de investigación del país y jefe del Grupo de Investigación sobre Economía Verde y Clima de la Universidad de Indonesia. Indonesia obtuvo la condición de país de ingresos medios altos en 2019, la perdió debido a los impactos económicos de la pandemia de COVID-19 y la recuperó en el 2023.

La generación de riqueza del país proviene del capital humano (trabajadores más calificados y niveles más altos de educación), que contrasta con el lento crecimiento del capital natural.

“No hemos aprovechado plenamente el valor del capital natural”, dijo Halimatussadiah.

Indonesia se encuentra entre los principales productores de madera, pescado, carbón, gas natural, petróleo, níquel, oro, estaño y cobre. Los hallazgos sugieren que una mejor gestión de este capital natural podría traducirse en más ingresos para los indonesios y, al mismo tiempo, preservarlo para las generaciones futuras. Utilizando datos del Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, los investigadores descubrieron que un solo árbol talado en la vecina Malasia generaba seis veces más riqueza que uno talado en Indonesia. 

Media
Dos hombres, Zuhaidi y Dedi Aprianto, usan cuerdas para trepar a los árboles de damar y recoger resina en baldes.
Ulet Ifansasti/CIFOR
Zuhaidi y Dedi Aprianto recogen resina de un árbol de damar en la aldea de Pahmongan, provincia de Lampung, Indonesia.

Profundizar y compartir la visión integral de la riqueza

Si bien la investigación proporcionó información sobre la naturaleza de la riqueza en los tres países, también fue un desafío. En Indonesia, por ejemplo, la dependencia de datos de arriba hacia abajo en algunas áreas tales como la educación dificultó la elaboración de recomendaciones de políticas relacionadas con el capital humano. Tanto para Indonesia como para Etiopía, el capital natural no comercializado también fue difícil de medir en términos monetarios.

“El capital natural comprende muchas cosas”, dijo Gelaye. “Nadie medía el carbono hace 50 años, por ejemplo, pero ahora podemos ponerle un precio. Nuestro conocimiento se desarrolla gradualmente y aprendemos haciendo”.

La aplicación de la medición integral de la riqueza muestra cómo el crecimiento en los cinco tipos de capital debe ser estable o aumentar para que el desarrollo sea sostenible.

“Las cinco carteras de capital se entrelazan. Si no se mueven todas en la misma dirección, cualquier aumento del PIB podría ser engañoso”, explicó Gelaye. “Podría beneficiar a unas pocas empresas, pero a expensas de los recursos naturales o el bienestar humano”.

El IISD y los equipos de los países continúan explorando las perspectivas que los indicadores integrales de riqueza ofrecen a los formuladores de políticas. Se están enfocando en los efectos del cambio climático en el capital natural y los efectos del trabajo de cuidado no remunerado (que a menudo recae desproporcionadamente en las mujeres) en el capital humano.

Los investigadores también están desarrollando herramientas y materiales para comunicar las ideas de la riqueza integral a los encargados de la toma de decisiones nacionales, los estadísticos, los jóvenes profesionales y los estudiantes universitarios de posgrado en sus países y en otros lugares.

Esta investigación apoyada por el IDRC ha ayudado a mostrar cómo las metodologías de riqueza integral pueden complementar el PIB y cómo son transferibles y comparables entre países. El objetivo ahora es compartir experiencias con otros países de África, Asia y América Latina, para generar mediciones más significativas de cómo están progresando los países de todo el mundo.