Pasar al contenido principal

Los programas de lucha contra la pobreza también pueden promover la igualdad de género

 

Nuevas investigaciones reconocen  como los programas de lucha contra la pobreza también pueden abordar las barreras de género y surtir un efecto transformador y duradero en las vidas de las personas de bajos recursos.

Los programas de graduación de la pobreza, que actualmente se desarrollan en más de 40 países, crean capacidad financiera y mejoran los recursos, de modo que ayudan a los hogares a ser autosuficientes y a hacer frente a las adversidades. El objetivo consiste en “graduar” a los participantes para que salgan de la pobreza extrema al brindarles apoyo en cinco áreas:

  • consumo básico,

  • capacidad de ahorro,

  • conocimientos financieros,

  • técnicas de subsistencia,

  • recursos (por ejemplo, ganado o máquinas de coser).

La combinación de estos cinco componentes se revela como una manera rentable para que los gobiernos lleguen a las personas más marginadas que aún no se han beneficiado de los esfuerzos de reducción de la pobreza.

De la participación de las mujeres a la igualdad de género

El 80 % de los participantes del programa de graduación son mujeres. Si bien estos programas sin duda contribuyen al empoderamiento económico de dichas mujeres, también pueden tener el potencial de propiciar la igualdad de género de manera más amplia al transformar las restricciones que impiden que las mujeres accedan y controlen los recursos. Al abordar las normas sociales restrictivas, las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, así como las limitaciones institucionales que inhiben el empoderamiento general de las mujeres, los programas de graduación pueden propiciar transformaciones verdaderas y sostenibles para las mujeres, los hombres y las comunidades en general.

Un enfoque en la igualdad de género también puede contrarrestar los efectos negativos no deseados de los programas de graduación, como la doble carga de trabajo doméstico y remunerado o, en casos más extremos, la violencia en la pareja que socava el control que las mujeres tienen sobre los recursos.

Media
Alicia Velazquez, de Capiíbary, Paraguay, utiliza la aplicación de capacitación para desarrollar habilidades empresariales.
FUNDACIÓN CAPITAL

Enseñanzas aprendidas de los programas de género y graduación

La Fundación Capital,  socio de investigación del IDRC, publicó recientemente un documento donde analiza las pruebas sobre los efectos que tienen los programas de graduación en el empoderamiento y la intervención de las mujeres. Sonia Laszlo, autora del documento y profesora adjunta de Economía en la Universidad McGill, identificó las siguientes enseñanzas en función de las políticas y las prácticas de los programas de graduación de todo el mundo. 

Reconocer las condiciones preexistentes: la infraestructura local, la autoestima de las personas, las relaciones domésticas, el nivel socioeconómico y otras condiciones preexistentes afectan el resultado del programa. El diseño y la planificación del programa deben dar cuenta y reflejar estos factores.

Apuntar a los vulnerables: el género es una fuente importante de desigualdad, pero también lo son otros factores. Por ejemplo, es posible que las mujeres con discapacidades no puedan participar en un programa. Se debe hacer un esfuerzo especial para incluir a las mujeres de las poblaciones marginadas.

Capacitar desde un principio: para empoderar a las mujeres, la capacitación debe desafiar de manera explícita las funciones de género y las normas sociales tradicionales. La capacitación debe realizarse al comienzo del programa y debe incluir a los hombres (en especial, a los maridos). Se necesita más investigación para encontrar maneras rentables a fin de ofrecer capacitación a gran escala.

Presentar los grupos de mujeres: los grupos de autoayuda y de ahorros y préstamos desempeñan una función importante en el empoderamiento de las mujeres, incluso en dimensiones no económicas, tales como las relaciones interpersonales y la participación política.

Vincularse con los hombres: es fundamental vincularse con los hombres (en especial, con los maridos) en las etapas de entrenamiento y capacitación de los programas para abordar la dinámica de la desigualdad de género.

Abordar trabajos de cuidado: es fundamental reducir y redistribuir los trabajos de cuidado y las tareas domésticas en los hogares.

Concientizar al personal local: las barreras de género se entrecruzan con otras formas de discriminación basadas en la raza, el origen étnico, la identidad sexual, la religión y otros aspectos de identidad. El personal local capacitado debe reconocer este entrecruzamiento al implementar el programa.

Llegar a cientos de miles de personas a través de programas gubernamentales

El objetivo consiste en identificar, probar y evaluar las herramientas y las prácticas relevantes para fomentar un enfoque transformador de género en los programas de graduación. El enfoque se probará en Paraguay y Perú, pero se espera que la investigación tenga relevancia en todo el mundo. El IDRC apoya esta investigación y ofrece un subsidio a Fundación Capital y al Instituto de Estudios Peruanos.

El trabajo se basa en una investigación previa para garantizar que el modelo de graduación, en un principio diseñado e implementado por organizaciones no gubernamentales, pueda integrarse en grandes programas gubernamentales de protección social para cientos de miles de personas. Con el apoyo del IDRC y la Fundación Ford, Fundación Capital introdujo importantes innovaciones en los programas de graduación, tales como el uso de tecnologías digitales para la capacitación y el entrenamiento. Las pruebas que se obtuvieron a través de un esfuerzo de aprendizaje y evaluación en varios países demuestran que las adaptaciones tienen efectos positivos en el bienestar de las personas de entornos extremadamente pobres, lo que incluye el aumento de la confianza en sí mismos, los ahorros, los recursos físicos y el tiempo dedicado a sus propias actividades productivas.

Los expertos de los programas de graduación de todo el mundo analizaron los esfuerzos para incluir una perspectiva de género en su trabajo en una reunión que se llevó a cabo en septiembre de 2019 en Ottawa, convocada por el IDRC, Fundación Capital y la Alianza para la Inclusión Económica del Banco Mundial. La reunión condujo a la creación de un grupo de trabajo para continuar propiciando el empoderamiento y la intervención de las mujeres mediante los programas de lucha contra la pobreza.

Lea el informe sobre las políticas de Fundación Capital

Mire la entrevista realizada a Tatiana Rincón, vicepresidenta de Fundación Capital 

Lea el informe sobre las políticas de la serie de investigación GrOW, elaborado por el Instituto para el Estudio del Desarrollo Internacional de la Universidad McGill.