Investigación con matices regionales
Hasta hace poco, la investigación en este campo que se realizaba en el Sur estaba dispersa y a menudo era inaccesible para los formuladores de políticas o para el público. Pero ahora, investigadores tales como Albrieu tienen una mejor comprensión de las experiencias particulares de lugares específicos, lo que ha demostrado ser clave para diseñar políticas adecuadas y adaptadas al futuro.
Durante los últimos años, Albrieu coordinó Future of Work in the Global South (FOWIGS), una iniciativa financiada por el IDRC destinada a llenar esos vacíos de conocimiento con investigaciones basadas en contextos locales. Cuatro think tanks en Argentina, Perú y Sudáfrica colaboraron para generar evidencia relevante para las políticas, centrándose en las oportunidades y los impactos adversos de la tecnología.
Más de 100 investigadores generaron una amplia gama de informes regionales, documentos de políticas y otros materiales, disponibles sitio web de FOWIGS. En un libro de acceso abierto titulado Cracking the Future of Work, 25 investigadores exploraron cómo la automatización en el lugar de trabajo y el nuevo mundo del trabajo en plataformas digitales han producido resultados mixtos para los trabajadores del Sur Global.
En dos docenas de diálogos por video, los expertos identificaron cinco elementos que consideraron esenciales para comprender el futuro del trabajo en el Sur Global: habilidades, tecnología, demografía, desigualdad e instituciones del mercado laboral. La inclusión de ese último elemento —que se refiere a los sindicatos, las instituciones que fijan los salarios, los sistemas de seguro de empleo y los beneficios sociales obligatorios— destaca una diferencia clave con el enfoque tradicional centrado en el Norte: si bien el empleo precario está aumentando en todo el mundo, los países de América Latina, África subsahariana y Asia meridional informan niveles de empleo informal que llegan al 80%. Muchos de estos países tienen instituciones laborales y sistemas de protección social menos establecidos.
La tecnología no solucionará las sociedades desiguales
La investigación de FOWIGS señala cómo el acceso digital desigual aumenta las desigualdades, colocando las oportunidades impulsadas por la tecnología, tales como la economía de plataformas, fuera del alcance de los miembros de los grupos marginados. También existen preocupaciones sobre la privacidad de los participantes en estas mismas plataformas. Pero incluso si se abordaran todas esas preocupaciones, e incluso si se cerraran las brechas y el acceso a dichas plataformas fuera universal, los investigadores de FOWIG dicen que las desigualdades sociales preexistentes seguirían en juego y posiblemente se magnificarán.
En una mesa redonda sobre desigualdades en Asia, los académicos enfatizaron la necesidad de abordar dos factores estructurales importantes que impiden la participación económica plena de las mujeres: la responsabilidad desproporcionada por el trabajo de cuidado no remunerado y la violencia de género. Por otra parte, las mujeres en la economía de plataformas en cinco países asiáticos informaron una mayor presión para realizar tareas domésticas mientras trabajan, así como el riesgo de acoso y violencia sexual. Sin embargo, también informaron beneficios tales como flexibilidad, ingresos, autonomía y ahorro de costos. El proyecto apoyado por el IDRC es uno de varios que apuntan a la naturaleza de doble filo del trabajo desde casa.
En los sectores mejor remunerados, las mujeres no están teniendo una situación mucho mejor. Por ejemplo, solamente el 2% de las mujeres en la fuerza laboral de América Latina y el Caribe trabajan en el sector de ciencia y tecnología, donde los mejores empleos siguen estando reservados para los hombres, los trabajadores en edad productiva y aquellos altamente calificados.
Este ejemplo expone problemas de desigualdad profundamente arraigados. En general, los avances tecnológicos hacen que los empleos que requieren una cualificación media disminuyan, mientras que los empleos que requieren una cualificación baja y alta aumentan. Investigadores en Sudáfrica descubrieron un inquietante matiz racial en este fenómeno. Al estudiar dos décadas de cambios en el mercado laboral, descubrieron que las personas negras y las mujeres tenían más probabilidades de ser relegadas a empleos que requieren una cualificación menor durante estos cambios, mientras que los hombres no negros pasaban a ocupar puestos que requieren una cualificación mayor. Los investigadores atribuyen estas trayectorias divergentes a los impactos duraderos del apartheid, además de los sesgos de género y un sistema educativo inadecuado que aún no prepara a la mayoría de los estudiantes negros para el trabajo de alta calificación.
La importancia de las habilidades resilientes
Los gobiernos del Sur Global reconocen la urgencia de preparar a las poblaciones para un panorama laboral que está siendo transformado por el clima, la tecnología y la demografía. Sus ambiciones de formar una fuerza laboral resiliente —dotando a quienes buscan empleo con habilidades adaptables para navegar en la turbulencia— dependen en gran medida de políticas e inversiones inteligentes.
En Kenia, la financiación gubernamental sustancial de la educación y formación técnica y vocacional (TVET, por sus siglas en inglés) ha visto que la matrícula de estudiantes en el sector se ha multiplicado por más de seis en una década. Una iniciativa apoyada por el IDRC en esta vibrante esfera condujo a la creación de cuatro centros de innovación que conectan a los institutos de formación kenianos con las comunidades locales y la industria. Los estudiantes están desarrollando productos que son socialmente útiles y económicamente viables, tales como cocinas de bajo consumo de combustible y harina y alimento para animales más nutritivos.
“La investigación financiada por el IDRC también ha servido de base para el desarrollo de un marco nacional de garantía de calidad que mejorará la calidad y la pertinencia de los programas de TVET en Kenia”, afirmó Paul Okwi, especialista sénior de programas del IDRC. “Esta revisión de los programas de TVET está ayudando a los jóvenes de Kenia a adquirir habilidades prácticas y conocimientos específicos de la industria en función de la demanda, lo que contribuye a su progreso académico y profesional”.
Próximos pasos: creación de una red mundial
Para seguir fomentando una mejor comprensión de los desafíos específicos del contexto del Sur, el IDRC ha lanzado FutureWORKS, un importante programa de cinco años que se basa en los esfuerzos anteriores para dar forma a un futuro del trabajo más inclusivo.
Los centros regionales en África, Asia, América Latina y Oriente Medio impulsarán investigaciones rigurosas y trabajarán con los formuladores de políticas sobre los desafíos que plantean la tecnología, el clima y la transición energética al mercado laboral.
“La dinámica y los impactos del futuro del trabajo varían según la región, por lo que la iniciativa está liderada por centros que reunirán a investigadores y tomadores de decisiones que entienden el contexto local”, dijo Alejandra Vargas García, especialista sénior del programa del IDRC.
“Los centros trabajarán en estrecha colaboración con los líderes gubernamentales y empresariales para ayudar a dar forma a políticas basadas en evidencia que promuevan el empleo inclusivo, la protección social y las habilidades resilientes”, dijo.
El objetivo: garantizar que todos se beneficien a medida que el futuro del trabajo evoluciona de diversas maneras en todo el Sur Global.
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