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En Kayes, una pequeña ciudad en el occidente de Mali, los miembros de la comunidad se han reunido para hablar sobre una práctica que es demasiado común y, aun así, pocas veces debatida.

Una mujer se ofrece a contar la historia de la hermana de una amiga: “Ella no quería contraer matrimonio pero sus padres la obligaron. Tenía solo 13 o 14 años de edad. Desconozco la edad exacta que tenía el marido pero era grande,” afirma la mujer. “No mucho después, la niña quedó embarazada y su parto fue de los más difíciles. […] Pasó cuatro meses sin poder caminar y debió contar con personas que la ayudaran con todas sus necesidades […] Los médicos aconsejaron a sus padres; le dijeron que habían podido salvarla en esa ocasión pero que la próxima, si moría en el parto, no sería su responsabilidad.”

Los residentes de Kayes intercambian muchas de estas historias y dan fe de los graves efectos que el matrimonio infantil está teniendo entre sus amigos, vecinos y familias. Hablan de fallecimientos prematuros, escolaridad interrumpida y, para muchos, la eventual vuelta de una hija al hogar, con la carga de un hijo y sin una fuente de ingresos.

Se llevaron a cabo más de 600 reuniones como esta en Mali, Níger y Togo en el marco de la investigación-acción participativa encabezada por instituciones nacionales en colaboración con Women in Law and Development in Africa (Mujeres en el derecho y el desarrollo en África, WiLDAF), un socio del IDRC en el área de investigación. Para estos investigadores y otros equipos que, con el apoyo del IDRC, estudian el matrimonio infantil, la participación de los jóvenes es fundamental. Las graves consecuencias del matrimonio infantil no son muy conocidas, pero una mirada más detallada de las razones por las que los adolescentes contraen matrimonio pone de relieve las circunstancias y la información acotada que limita sus posibilidades de elección. La investigación apoyada por el IDRC contribuirá a aportar  información sobre su realidad para desarrollar soluciones que impidan el matrimonio infantil.

Una visión más precisa del matrimonio infantil

Las normas de desigualdad de género establecen que las niñas son mucho más proclives que los niños a contraer matrimonio antes de los 18 años de edad. Según UNICEF, alrededor de 650 millones de niñas y mujeres vivas contrajeron matrimonio antes de cumplir los 18 años de edad. El matrimonio infantil es más común en las áreas más empobrecidas del mundo y habitualmente se trata de niñas con oportunidades limitadas de empleo y que no están escolarizadas.

A la fecha, la mayoría de los análisis sobre matrimonio infantil y paternidad se ha nutrido de datos de encuestas nacionales para explicar las causas subyacentes de este fenómeno. La investigación se ha centrado en las experiencias cotidianas de los jóvenes y prácticamente se ha pasado por alto la función de los niños y hombres. El estudio sobre matrimonio y paternidad/maternidad de jóvenes apoyado por el IDRC planteó preguntas a los jóvenes en Etiopía, la India, Perú y Zambia para conocer más sobre cómo terminaron contrayendo matrimonio o cohabitando, cómo se toman las decisiones familiares y qué ayuda reciben de los miembros de la familia y proveedores de servicios. El proyecto Young Lives de la Universidad de Oxford, un proyecto de investigación centrado en la pobreza infantil en el que participaron 12.000 niños de cuatro países a lo largo de 15 años, está colaborando con otros socios en esta investigación comparativa y dirigiendo una iniciativa para consolidar y comunicar los hallazgos de la investigación reciente del IDRC sobre el matrimonio infantil.

Siento como si me hubiesen robado el futuro... Lo primero que lamento es mi educación, el hecho de que ya no pude ir a la universidad y aprender.

Joven divorciado en Mazabuka, Zambia

Además de la pobreza, ¿por qué contraen matrimonio los jóvenes?

Los analistas pueden usar el término “matrimonio forzado” como sinónimo de matrimonio infantil, pero si bien los tradicionales matrimonios arreglados, comunes en la India y otras partes del Sur de Asia, suelen ser impuestos, no todos los que forman pareja siendo menores de edad lo hacen obligados. En Perú, por ejemplo, muchas niñas en uniones informales ya habían abandonado la escuela antes de irse a vivir con su pareja, en busca de protección emocional y apoyo financiero. Muchas abandonaron hogares violentos donde tenían poco poder de decisión sobre sus vidas. Para ellas, estos matrimonios o uniones de hecho ofrecen una forma de escape.

De la investigación realizada con apoyo del IDRC en Côte d'Ivoire también surge un aumento en la cantidad de niñas que eligen contraer matrimonio. A menudo, la motivación de estas niñas es asegurarse el joven que más les gustaba antes que verlo con otra joven.

En contextos en los que las oportunidades escasean, los servicios son deficientes y la vida es incierta, los adolescentes y sus familias consideran que el matrimonio es la mejor forma de proteger a las niñas de embarazos fuera del matrimonio, enfermedades de transmisión sexual y violencia sexual. En partes de África y el sur de Asia, la idea de un límite de edad para contraer matrimonio parece arbitraria; se considera que las niñas están “preparadas” cuando parecen maduras físicamente. En barrios marginales urbanos de Bangladesh, donde es alto el riesgo de ataques sexuales en zonas asoladas por la actividad delictiva, la investigación concluyó que, a pesar de las leyes que permiten el matrimonio a partir de los 18 años de edad inclusive, muchas familias consideran que sus hijas son adultas después de la pubertad y que están listas para el matrimonio a los 16 o 17 años de edad.

Mi madre me dijo, ‘Si muero, ¿quién va a querer desposarte ? Estaré en paz después de muerta si puedo casarte antes de que yo muera.

Mujer joven casada de Dhaka, Bangladesh

En tres distritos estudiados en Zambia,  el matrimonio precoz casi siempre era precedido por el embarazo. Ante la expectativa de que las niñas contribuyan a sus gastos al llegar a la pubertad, muchas se sienten obligadas a mantener relaciones sexuales pagadas. Algunas jóvenes buscaban dinero para hacer frente a necesidades personales o del hogar, mientras que otras tenían sexo con jóvenes que les prometían ayudarlas a pagar los gastos de estudio. Si bien el amor romántico era la menos común de las motivaciones del matrimonio infantil, el deseo de afecto llevó a algunas a mantener relaciones sexuales a edad temprana, en especial aquellas que tenían relaciones familiares difíciles y recursos limitados.

Herramientas para que los adolescentes realicen mejores elecciones

Media
Dos mujeres jovenes
WILDAF

Jóvenes trabajando con WILDAF en Níger representan una escena para abogar contra el matrimonio infantil. La escena muestra a una madre que planea casar a su pequeña hija, pero los representantes de WILDAF la convencen que la niña debería quedarse en la escuela.

La  investigación apoyada por el IDRC no solo aporta información sobre las razones por las cuales los adolescentes contraen matrimonio, sino que además pone a prueba las iniciativas destinadas a empoderar a los jóvenes y crear consciencia sobre las consecuencias del matrimonio infantil. Los equipos de investigación liderados por WiLDAF en Mali, Níger y Togo impartieron capacitación a grupos de hombres y mujeres jóvenes para abogar contra el matrimonio infantil. También se contactaron con las autoridades locales y los líderes religiosos y tradicionales para sumar su apoyo. Reuniones como la que se realizó en Kayes están delineando los vínculos entre el matrimonio infantil y las consecuencias deficientes derivadas de esta práctica en términos de educación y salud.

Antes pensaba, como muchas otras jóvenes, que casarse temprano y tener hijos permitía que una mujer permaneciera joven para siempre. Sin embargo, desde que nos informamos sobre las consecuencias negativas del matrimonio precoz, me he abocado a continuar mis estudios.

Mujer joven de Lama-Tessi, Togo, quien recibió capacitación que aboga en contra del matrimonio INFANTIL.

Los investigadores en Pakistán que pretendían dotar a las jóvenes  con herramientas para defender sus derechos también sumaron a sus filas a hermanos y madres, ya que ambos pueden ser rigurosos tutores de los movimientos y elecciones que realizan sus hermanas e hijas. Se capacitó a los hermanos como jóvenes líderes junto con sus hermanas para promover campañas en sus comunidades.

Si bien estos proyectos de investigación siguen generando aprendizajes, es evidente que los niños y las niñas deben recibir más información sobre sexualidad, reproducción y sus derechos. La mayoría de los jóvenes padres entrevistados en Etiopía, la India y Zambia aprendieron cómo evitar embarazos no deseados después de su primer hijo. A menudo se percibe que los adolescentes no son bien recibidos en las clínicas de salud, quienes estigmatizan a aquellos que buscan información sobre salud sexual. De este modo, los jóvenes quedan con conocimientos incompletos e inexactos recogidos a partir de interacciones en la escuela, en el hogar y con amigos que mayormente recalcan la abstinencia y el uso de preservativos, lo que suele ignorarse.

Mi marido y su familia quieren que yo tenga un hijo lo antes posible. No piensan en mi edad y en que solo tengo 16 años.

Mujer joven de Dhaka, Bangladesh

De cara al futuro: La necesidad de soluciones con información local

El matrimonio infantil persiste obstinadamente a pesar a ser ampliamente condenado como una violación de los derechos humanos. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 5.3 de las Naciones Unidas exhorta a eliminar esta práctica y los gobiernos nacionales están adoptando una serie de estrategias para resolver el problema. A modo de ejemplo, Etiopía pretende poner fin a esta práctica para 2025 y la eliminación del matrimonio infantil ha pasado a ser un punto de enfoque central en el Plan Nacional de Estrategia y Acción sobre Prácticas Tradicionales Nocivas del país. En la India, las iniciativas están apoyadas por legislación y la Estrategia Nacional de Salud de Adolescentes.

Los hallazgos de la investigación apoyada por el IDRC afianzan estos esfuerzos con las perspectivas de los jóvenes. “Sin saber cómo ellos [los jóvenes] perciben sus desafíos y qué necesitan ellos y sus hijos para tener vidas más sanas y productivas, los programas y las políticas diseñados para apoyarlos corren el riesgo de caer en saco roto,” dice Gillian Mann, jefe de Investigación y Evaluación en Child Frontiers, un grupo consultor asociado con Young Lives.

Encontrar soluciones en regiones donde la práctica persiste obstinadamente exige una comprensión informada de las experiencias de los adolescentes y de cómo pueden responder las comunidades. El análisis apoyado por IDRC confirma la influencia que la desigualdad de género y la pobreza tienen a la hora de perpetuar el matrimonio infantil y demuestra cómo las coyunturas locales inciden en la realidad cotidiana y son determinantes del matrimonio infantil.

Más información

Lea el libro Dreaming of a Better Life: Child Marriage Through Adolescent Eyes, (Soñando con una vida mejor: el matrimonio infantil a través de los ojos de los adolescentes), basado en los resultados de los proyectos de investigación e intervención financiados por el IDRC y descritos en esta historia.

Crédito de la imagen superior: WILDAF