Alentada por su éxito, Boudia comenzó a visitar a sus vecinos, compartir su experiencia y animarlos a probar esta micorriza nativa. Ellos también vieron resultados impresionantes. Los ensayos con casi 200 agricultores dieron como resultado aumentos de rendimiento de entre el 32% y el 55% en cultivos como aceitunas, ajo, tomates, patatas y judías, utilizando menos agua que en los campos de control habituales.
“Los agricultores normalmente necesitan ver resultados antes de estar dispuestos a probar algo diferente”, dijo Wissam Ait Ouamer, investigador asociado de la Université de Blida 1, Argelia, quien solicitó la ayuda de Boudia. “Su influencia nos abrió puertas en la comunidad”.
La investigación detrás de esta bioinnovación fue dirigida por el Centre d’études des procédés chimiques du Quebec (CÉPROCQ), Collège de Maisonneuve, Canadá, en colaboración con la Université de Blida 1. El equipo apoyado por el IDRC aisló y multiplicó varias micorrizas locales que se encuentran en diferentes tipos de suelos argelinos. Las ensayaron en el laboratorio y luego en los campos de los agricultores.
“La micorriza se adhiere a las raíces, se dobla y se extiende, lo que permite a las plantas buscar aguas profundas y nutrientes escasos”, dijo Yacine Boumghar, exdirector de CÉPROCQ.
Trabajar con micorrizas ofrece muchas ventajas económicas, sanitarias y ambientales. Los agricultores y productoras ahorran en fertilizantes químicos, que pueden contaminar el agua y causar problemas de salud tales como alergias. Y los mayores rendimientos generan más ingresos.
El microbiólogo Hicham Messaoudi trabajó con el Ministerio de Agricultura de Argelia para que la micorriza del equipo fuera aprobada y puesta a disposición del sector privado para garantizar que los beneficios de esta bioinnovación lleguen a los agricultores a escala nacional.
Empresas emergentes tales como PLANTAbiotek y Alitech están a punto de comenzar a ofrecer el producto y deberían desempeñar un rol importante en la producción y comercialización de las micorrizas.
A medida que el impacto de esta investigación continúa creciendo, respalda los esfuerzos de Argelia por alinearse con los objetivos globales de clima y seguridad alimentaria. Agricultores como Boudia, con su apertura y espíritu comunitario, están ayudando a liderar el camino, demostrando que es posible una agricultura sostenible y más rentable en Argelia.